Este libro reúne los resultados de un estudio acerca de las prácticas de cultura escrita que desarrollan adultos de nula o baja escolaridad en distintos espacios sociales (religioso, doméstico, financiero, laboral y escolar). Se analizan las actividades y acciones que conforman estas prácticas, a partir de propósitos y condiciones particulares; y se examinan los distintos modos (discurso, imagen gráfica, escritura) que los sujetos del estudio utilizan para otorgar sentido a los textos y, a su vez, para apropiarse de conocimientos.
El acercamiento a esta problemática se realiza desde la perspectiva de los nuevos estudios de literacidad, que consideran la cultura escrita como práctica social, donde cobra importancia el contexto de uso de la lengua escrita y las relaciones sociales que se generan en torno a ella. Se reconocen también los conocimientos de la cultura escrita que los sujetos adultos poseen, sus usos sociales y sus consecuencias.